A la campana se le describe como el medio a través del cual se ‘proclama el sonido del vació’, sonoridad que surge de la ausencia de formas imposibles de existencia de la campana: el vacío de su forma, se irradia en todas las direcciones, disolviéndose más tarde de vuelta en el silencio o el vacío. Como instrumentos rituales sirven al contemplativo, como un poderoso recordatorio en torno a las cualidades que requiere actualizar y las limitaciones que necesita trascender en el camino al despertar. Las campanas tibetanas son tradicionalmente elaboradas de bronce y fundidas individualmente, a través de una hábil técnica de vaciado en arena. Moldes externos e internos son diseñados para la fundición de la campana, elaborados de fina arena compactada y unidos por un pegamento elaborado con jugo de rábano o azúcar morena virgen. En el hombro superior de la campana y dentro de un rosario interior de perlas, se encuentra el grabado de la flor de loto de ocho pétalos con ocho sílabas inscritas en el alfabeto tibetano.
miércoles, 26 de noviembre de 2008
CAMPANA TIBETANA
A la campana se le describe como el medio a través del cual se ‘proclama el sonido del vació’, sonoridad que surge de la ausencia de formas imposibles de existencia de la campana: el vacío de su forma, se irradia en todas las direcciones, disolviéndose más tarde de vuelta en el silencio o el vacío. Como instrumentos rituales sirven al contemplativo, como un poderoso recordatorio en torno a las cualidades que requiere actualizar y las limitaciones que necesita trascender en el camino al despertar. Las campanas tibetanas son tradicionalmente elaboradas de bronce y fundidas individualmente, a través de una hábil técnica de vaciado en arena. Moldes externos e internos son diseñados para la fundición de la campana, elaborados de fina arena compactada y unidos por un pegamento elaborado con jugo de rábano o azúcar morena virgen. En el hombro superior de la campana y dentro de un rosario interior de perlas, se encuentra el grabado de la flor de loto de ocho pétalos con ocho sílabas inscritas en el alfabeto tibetano.
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